Tercer álbum del elegante cuarteto neoyorquino, y el primero bajo el sello Capitol, que sorprende con una estética muy diferente a lo que nos tenia acostumbrados, la portada y el cuadernillo contienen fotos de animales en museo, no hay fotos de ellos ni las letras de las canciones, así es como nos dan la bienvenida a esta nueva etapa.
Musicalmente hablando se puede oír a una banda mas madura en cuanto a composición y arreglos, siguen en su línea melódica deprimente y nostálgica muy a lo “The Cure” y sobre todo tomando como influencia a ellos mismos. No hay canciones con ira como “Roland” o explosivas como “Slow Hands”, tal vez la canción mas adecuada para sonar en la radio (entiéndase sencillo) es “The Henrich Maneouver”, aunque no por eso se demerita el valor artístico del disco. Interpol sabe cual es su sonido y no necesita arriesgarse para encontrarlo ya tiene definido lo que quiere hacer y como lo quiere hacer sonar y simplemente lo confirma, en un principio pudiera parecer un disco de bajo perfil, pero se necesita escucharlo varias veces para captar ese sentimiento y esas canciones que uno tanto disfruta. No está a la altura del “Turn On The Bright Lights” ni tampoco creo que venda como el “Antics”, es muy posible que esté entre estos dos aunque mas cargado al disco debut, aun así es bastante disfrutable en sus once tracks, entre las mas destacadas están: “Pioneer To The Falls”, “Pace Is The Trick”, “All Fired Up”, “Rest My Chemistry” (con todo y el arreglito pixie) y “The Lighthouse”. A los seguidores de la banda desde el principio de la misma, les gustara este disco, pero si lo que buscan es oír sencillos como “Evil” o “C´m ere” no creo que les resulte un buen material.
Aun así son el acto fuerte del manifest y ahi estaremos para deleitarnos con esta gran banda.
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