EL disco de la pared es para mi uno de los que marco mi infancia, pues de niño lo escuchaba una y otra vez, veía la película en cada oportunidad que tenía y con mis juguetes recreaba las escenas bélicas; sonará cursi el decir que es uno de los materiales musicales mas imprescindibles en el soundtrack de mi vida pero la verdad es que así es, y el ver el evento en directo y sobretodo el haber estado allí con el espectáculo de 1980 corregido y aumentado fue para mí, como si llegara a una meta, en la cual no creí llegar jamás, pues no pensé que se pudiera dar este show una vez mas y sobretodo que viniera a México.
La riff inicial de “In the flesh?” siempre me ha hecho imaginar como si de golpe un machetazo sonoro irrumpiera en la tranquilidad de una tranquila tarde de domingo para dar paso a una pesadilla mental en la que los traumas y necesidades emocionales aparecieran para enrojecer la visión. En el concierto justo en ese momento me di cuenta de que lo que iba a vivir por fin estaba frente a mi y que no era producto de mi imaginación, lo sentí tan real, lo vi y lo empecé a disfrutar. Las banderas con los martillos, los gritos de la multitud y unos cuantos haciendo el cruce de brazos como en la película me agolparon las emociones a los ojos, todo era como me lo había imaginado, con el discurso de Waters como si fuera un líder destructor y el avión que cae desde el cielo para derribar ladrillos que al final serian puestos en su lugar. Poco a poco se iba construyendo la pared para poder proyectar las imágenes y dar mas espectacularidad a un disco que parece que nació para ser ejecutado así, con grandilocuencia, con pomposidad y con un montaje que puede hacer palidecer a la música en la cual fue inspirada.
“Comfortably Numb” fue uno de los momentos mas emotivos para mi, pues dicha canción me evoca muchas imágenes y demasiadas sensaciones, el solo (que para mi es el mejor en la historia del rock) fue tocado con gran maestría, claro hubiera preferido que sea Gilmour el que lo hubiera hecho pero no tengo queja alguna por parte de quien lo hizo y del que no recuerdo su nombre. Cuando al final el publico gritaba “their down the wall” aunque ya sabia que dicha pared seria derribada no pude evitar las ansias de ver como se caía y de esperar dicha acción, fue uno de los momentos mas grandes y que mas recordaré.
A diferencia de cuando venia con el “Dark Side Of the Moon” en donde lo toco exactamente y nota por nota como si hubiera puesto el disco y todo hubiera sido un playback, esta vez la interacción con los músicos se notó y afortunadamente en ocasiones aderezaron la música con arreglos o desarreglos que de ellos salía.
Las ideas se me agolpan en la cabeza para dar une explicación de lo que viví anoche pero no encuentro palabras para expresarlas, los martillos, las marionetas, el cerdo volador con frases anticapitalistas, aviones chocando, imágenes en tercera dimensión, un staf enorme para construir la pared, ventanas que aparecían de vez en cuando, un bajista maniático me dictador que construyo su propio muro para dar forma a este material y por supuesto una pared en la cual todos nos identificamos de una u otra manera.
Recuerdo lo que fue y solo tengo la sensación de que no fue cualquier concierto, sino uno de los mas grandes experiencias de mi vida, sino es que la mejor y la que le da aun mas sentido a una cierta manera de ver las cosas.